Reciclando juguetes

En alguna ocasión ha podido sucedernos que tenemos la casa llena de juguetes y no sabemos que hacer con ellos hasta finalmente tirarlos al contenedor genérico, donde no se podrá extraer el valor que contienen.

Sin duda la mejor opción es darles una segunda oportunidad, bien en forma de donación o venta o de reciclaje.
Lo primero que debemos considerar es la peligrosidad del juguete, ya que si se trata de un aparato eléctrico o electrónico puede contener elementos peligrosos, incluidas las pilas. Según el Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, estos van al punto limpio donde irán junto al resto de aparatos eléctricos y electrónicos para intentar recuperar distintos tipos de materiales como plásticos y metales.

Si estamos, por ejemplo, ante un peluche cuyos componentes principales son tejidos, podríamos echarlos en el contenedor de recogida de ropa donde si tuvieran una segunda oportunidad.
En el caso de juguetes de madera y cartón es más complicado: si se trata de madera deben ir al contenedor de restos, mientras que, si hablamos de cartón, tenemos el contenedor azul.

Si se trata de plástico, no debemos olvidar que hay una gran cantidad de productos fabricados a partir de mezclas de plásticos, por lo que el contenedor amarillo es nuestro aliado.

En definitiva, la prioridad es que si tenemos juguetes viejos sirvan para otros niños o si es inevitable abrir la posibilidad de su reciclaje.

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